Liberarse de cualquier adicción pasa por un proceso liberador. Se necesita un día a la vez, paso a paso, para progresar. El proceso puede ser lento pero se cumplen los resultados esperados. Cualquiera que se libera se convierte en una persona mejor y más bella, como una oruga que se transforma en mariposa después de una breve y fea experiencia en el capullo. Lo mismo es cierto para cualquier persona que esté en un programa de recuperación de adicciones sexuales.
Cualquiera que haya estado encadenado a un comportamiento compulsivo y adictivo debe darse cuenta de que es posible liberarse de él siempre que reconozca que tiene algún problema. Estar preparado para el cambio es fundamental para poder caminar hacia la luz de la libertad.
Cuando las personas intentan cambiar, la mayoría de las veces tienden a centrarse en el problema en lugar de en la solución. Y eso es un error porque mirar directo y decidido a llegar al resultado final es el mejor y más seguro camino a seguir.
Será útil comenzar el camino hacia la recuperación de la adicción sexual con una evaluación honesta de la situación actual. La visión es estar libre de compulsión, por lo que incluso si una evaluación parece desagradable y deja una sensación de privacidad invadida, conocer la verdad fijará la mente y dejará un destino objetivo: la libertad.
Cuando haya reconocido la situación actual, el siguiente paso es visualizar en su mente cómo es estar en una relación con su Dios, usted mismo, su familia y sus compañeros. Imagínese cómo se verá cuando controle sus impulsos y no al revés.
Tener una visión en tu mente es como un fluido que evoluciona con el tiempo. Solo puede mejorar cuando sigues pensando en formas más hermosas de vivir tu vida. Convierte en un hábito diario cerrar los ojos y pensar en esta visión que es ligera y buena y al mismo tiempo más vívida con colores y otras cosas que tocarán todos los sentidos. Cuando te encuentres en una encrucijada y vuelvas a sentir el impulso, piensa en estas visiones para que vuelvas a tu objetivo, el panorama general. Cuando hayas perfeccionado el ejercicio diario, se cultivará una voz interior hasta que tu visión se haga realidad.