«La comida no es adictiva. Sí lo es la conexión del sujeto con ella».
Efecto de los alimentos hiperpalatables sobre la sensación de saciedad
Los alimentos hiperpalatables juegan un papel importante en la regulación de nuestra nutrición al entorpecer con el desarrollo habitual por el que estamos saciados. La palatabilidad de los alimentos altera la manera en que el exitación de un alimento reduce en la medida en que hayamos ido comiendo. Este mecanismo es llamado saciedad sensorial concreta y regula el cese de la nutrición. Más allá de que este es un mecanismo fisiológico general, se probó que los alimentos difieren en el nivel de obtención de saciedad sensorial concreta. Entonces, los alimentos que poseen múltiples elementos que inducen la palatabilidad, como azúcares, grasa y sal, y menos nutrientes como la fibra tienen la posibilidad de encender una contestación de saciedad mucho más enclenque y postergar el cese de la nutrición, lo que se revela en ensayos que equiparan el consumo de pan blanco con pan integral.
La combinación de elementos en los alimentos hiperpalatables crea estímulos en los circuitos de recompensa cerebral ocasionando una experiencia de nutrición enormemente gratificante que asimismo incentiva el consumo elevado de alimentos. De este modo nosotros pudimos ver de qué forma no se acostumbra abusar del consumo de manzanas, pero sí de papas fritas.
¿Es realmente difícil resistirte a este pastelito que disfrutas?
Al seleccionar tus alimentos, ¿tu inclinación es a alimentos altos en grasas y azúcares? ¿Deseas supervisar tu peso, pero recae con sencillez? Si respondiste Sí, alguna de estas cuestiones; probablemente poseas un inconveniente con la comida, y si no lo has podido mudar, es posible que no sea por carecer de intención ¿Tienes ganas de saber cuál es el inconveniente? ¡Vamos al cerebro!
¿Por qué razón padezco adicción a la comida? Indagaciones recientes concluyeron que los alimentos muy sabrosos, los llamados alimentos ‘confort’, podrían inducir procesos viciosos. Los hidratos de carbono refinados generan en el cerebro un incremento de la serotonina, dopamina, endorfinas y opioides, dando sitio a efectos sedantes y agradables. Las hormonas del exitación mejoran el estado anímico y regulan el apetito. Estudios indican a través de técnicas de neuroimagen (imágenes de la composición y el desempeño del cerebro) que hay semejanzas entre la contestación fisiológica que se genera en la anticipación de la comida “llamada” y el consumo de drogas, donde se libera dopamina a exactamente las mismas zonas cerebrales. Gene-Jack Wang, del Laboratorio Nacional de Brookhaven, y Nora Volkow, del Centro Nacional de Abuso de Drogas, en una investigación usaron un aparato que efectúa tomografías por emisión de positrones, midiendo con él la proporción de receptores en la dopamina que existía en el estriado de pacientes obesos y hallaron que en el momento en que es mucho más índice de masa corporal resulta menor la proporción de receptores en la dopamina. Exactamente la misma los adeptos a las drogas, pacientes con obesidad padecen carencia de dopamina, lo que les transporta a buscar de manera continua algo que les realice sentir bien: la comida. Conque, tras comer bastante, se genera un exceso de dopamina, con lo que el cerebro procura compensar ese exceso (de dopamina) reduciendo el número de receptores a la dopamina. Este mecanismo pasa a los adeptos a la cocaína, creando de esta manera una adicción. La comida genera dopamina que nos ofrece exitación, el cuerpo disminuye el exceso de dopamina, y para regresar a «sentirse mejor» se recurre nuevamente a la comida. ¡Aquí lo tienes!