el confinamiento por coronavirus y la recaída en adicciones

Cocaína, alcohol y cannabis ha continuado siendo las primordiales substancias por las que se ha pedido régimen a lo largo de la crisis COVID 19, si bien el 22% de los centros mencionan al juego patológico como entre las primeras causas de demanda.

Resumen

Las limitaciones a la circulación, las asambleas y las medidas de distanciamiento popular incluídas para parar la propagación de la COVID-19 han perjudicado a los procesos de régimen en adicciones. Por consiguiente, para investigar de qué manera fué la recaída en el consumo de drogas en la pandemia por COVID-19 se usará una metodología de carácter reportaje de tipo cualitativo, pidiendo 13 documentos publicados desde el mes de marzo de 2020 hasta enero de 2021 de bases de datos como Elsevier y PubMed por medio de la estrategia de búsqueda avanzada y lenguaje estandarizado. Más tarde, fueron establecidas categorías como: consumo de drogas, recaída, pandemia COVID-19, componentes de peligro socios al consumo de substancias y la pandemia.

Finalmente, se concluyó que el brote de COVID 19 tuvo un encontronazo negativo en la salud psicológica de la gente consumidoras de drogas ocasionando el peligro de recaída sea recurrente puesto que los tratamientos integrales se vieron molestados debido al confinamiento. Los servicios de salud se vieron en la necesidad de amoldar formas como interfaces digitales o por teléfono para proseguir continuando los tratamientos, pero según la literatura revisada los alcances de estas costumbres serían deficientes en frente de la demanda de las pretensiones sicológicas de los pacientes y familiares además de esto no todos y cada uno de los pacientes pueden entrar a medios tecnológicos.

Ocasiones de peligro psicosocial.

Hay situaciones, en las vidas de la gente que, en una situación de estas especificaciones, tienen la posibilidad de sospechar mucho más peligros psicosociales, como son:

  • Dependencia del alcohol o otras substancias adictivas.
  • Situación de calle; personas sin techo o en precariedad habitacional.
  • Sepa de links con los que sostener una comunicación activa.
  • Sepa de elementos personales para la diversión.
  • Convivencia en ámbitos de peligro (casas con crueldad y sin apoyos).
  • Residir con persona beligerante con influencia en inferiores, personas mayores, mujeres, familia, vecindario…
  • Soledad no deseada y sepa de redes de acompañamiento.
  • Pérdidas de puesto laboral.
  • Precariedad económica y sepa de elementos económicos.
  • Y toda la pluralidad de causantes socioculturales: familiares (empleo de drogas por el padre y/o la madre o reacciones positivas hacia los consumos, divorcio o separación de los progenitores mal traída, que acostumbran a producir no pocos enfrentamientos, o inconvenientes de manejo de la familia, y bajas esperanzas para pequeños/as o para el éxito); relacionados con el conjunto de iguales (amistades con consumo de drogas, reacciones convenientes hacia el consumo y, conducta antisocial o criminal temprana); el ambiente escolar y/o laboral (primera conducta antisocial, incumplimiento normativo, poca dedicación, fracaso o abandono académico); y la red social (sin correcta vinculación popular, deprivación económica y popular y simple disponibilidad de substancias tanto legales como ilegales).

De qué manera perjudica a las familias

A lo largo del confinamiento, en la gente con adicciones activas se generarán enfrentamientos generados por la tensión, la ansiedad y los propios efectos de la sustancia. Y esto asimismo influirá en sus familias. «Aparte de las secuelas del consumo, hay que agregar las que tienen la posibilidad de desatar para los mucho más próximos: malestar, temor y inconvenientes conductuales», aclara Raquel Rodríguez.

Del mismo modo, es esencial supervisar su medicación y accionar con acompañamiento y sin confrontaciones. De ahí que, Pascual recomienda a los familiares «procurar entender la situación de aislamiento y los instantes de irritabilidad o ansiedad, que tienen la posibilidad de ser mucho más intensos que en otra gente».

Dependencia y venda en los ojos

Es muy visible en la etapa primera del régimen. Tras años de consumo, la persona con adicción es experto en engañar, a sí mismo ahora el resto.

Comunmente el tolerante llega al régimen empujado por su familia y con una venda en los ojos. Las terapias asisten al tolerante a aceptar su dependencia, ver los catastrofes unidos al consumo y admitir que su historia era ingobernable.

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