Este año, y después mucho más de una década de trabajo profundo en todos y cada uno de los campos de la Psiquiatría y la Psicología, se ha anunciado la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, popular generalmente como DSM-V por sus iniciales en inglés. Los expertos tenemos la posibilidad de ver tanto cambios genéricos aplicados a todas y cada una de las entidades diagnósticas (como el modelo dimensional en oposición al categorial del previo manual) como variantes específicas en las diferentes clasificaciones diagnósticas.
En el apartado “Trastornos Alimenticio y de la Ingestión de Alimentos” del DSM-V se incluye la Pica, el Trastorno de Rumiación, el Trastorno de Evitación/Restricción de la ingestión de alimentos, la Anorexia y la Bulimia Inquieta, el Trastorno de Atracones y los Trastornos Alimenticios o de la Ingestión de alimentos concretado o no concretado.
Herramienta 2
¿Por qué razón un consenso? ¿Por qué razón exactamente en este momento? Pues careciendo de muestras fehacientes (de carácter etiopatogénico, por servirnos de un ejemplo) había que frenar el disenso, por cuestiones prácticas y también intereses compartidos, y no existía otro procedimiento mejor. Pues llevamos tiempo en la era de la globalización y hay que atender, de la mejor forma viable, al mayor número de personas. Además de esto, es requisito llevarlo a cabo asimismo fuera de los centros de salud siquiátricos y por fundamentos de demanda nuevos añadidos a los viejos. Todo lo mencionado demandaba un convenio básico en lo que se refiere a las maneras de seguir, comenzando por el diagnóstico (que se piensa debe inspirar aquellas) (…)
Ni en medicina, ni en psiquiatría, nada de eso se puede llevar a cabo sin un corpus teorético central (pactado, acordado) con el que crear y ofrecer un sentido básico a las prácticas expertos se hagan estas donde se hagan. Hablamos de hallar el fundamento en una clínica lo más habitual viable, si se desea algo funcionarial y menos creativo, pero efectuado en condiciones de situación diaria por la mayor parte de los expertos, con la mayor parte de los pacientes y la mayor parte de los puestos. Y no por un (real o supuesto) profesor, en una clínica modelo y con un tolerante «de los de libro». A esto, y no a solamente, se le llama eficiencia”.