Al charlar diario es recurrente llamar “adicción” a cualquier conducta apremiante, repetitiva o que tenemos en cuenta sobrepasarse de la “regla”. No obstante, es esencial entender los diversos tipos de relación (bien sea con las drogas o con el juego, las compras, el sexo, el dinero…) que tienen la posibilidad de existir, puesto que no es exactamente lo mismo charlar de empleo, de abuso o de dependencia.
En forma de ejemplo, detallaremos ahora exactamente en qué radica todos estas maneras de relación en la situacion de las drogas, y mucho más en concreto en la situacion del alcohol. De menor a mayor gravedad, estos son los tres géneros de relación que se tienen la posibilidad de ofrecer:
Abuso:
En el momento en que charlamos de abuso se introduce el término de que la relación con la substancia, sea por cantidad, continuidad u otras peculiaridades físicas, sicológicas o sociales del sujeto que la usa genera al cliente una secuelas negativas (así sea por exactamente el mismo o por su ambiente).
Las matizaciones importan: por poner un ejemplo, posiblemente consumir cocaína en solo una ocasión no genere ningún perjuicio… pero si se efectúa en tal cantidad que desata un incidente vascular cerebral o un infarto agudo de miocardio, admitiremos que es amenazante… o si se conduce bajo los efectos del alcohol (si bien sea solo una vez) puede ser peligrosísimo, tanto individual como socialmente. Lo mismo puede suceder con otros tóxicos: fumar tres cigarros cada día no semeja un exceso, pero si se tienen inconvenientes respiratorios o se están embarazada sí se está incurriendo en el abuso.
El término «empleo»
La utilización de drogas se define como aquel patrón de consumo en el que, bien sea por la cantidad, bien por la continuidad o por la situación física, psíquica o popular de la persona, no se advierten secuelas repentinas sobre el cliente ni sobre el ambiente tras el consumo.
Es realmente difícil determinar un consumo como empleo en tanto que los causantes implicados y las secuelas de los consumos son múltiples. De este modo, si nos fijamos solo en la continuidad, podría ser que un cliente solo usara la sustancia de manera ocasional pero que toda vez que lo hiciese fuera de manera exagerada. Tampoco debemos fijarnos solo en la cantidad, puesto que se tienen la posibilidad de ofrecer consumos no desmesurados pero repetidos en el tiempo.