“No, no es amor, lo que tú sientes lleva por nombre obsesión”. Esta oración no solo se ajusta a entre los logros veraniegos del conjunto musical (Aventura), asimismo podría ser el resumen a la situación de bastante gente. Pues tras el ideal romántico del amor, lo que en ocasiones ocultamos es un problema médico mental en el que mucho más que estar vinculados a otra persona, nos encontramos ‘pegados’.
La primera pregunta, por consiguiente, es: ¿Tenemos la posibilidad de ser adeptos a un individuo? El psiquiatra Sergio Oliveros enseña que una adicción es mucho más “una dependencia de algo que crea una tolerancia”, o sea, algo que transcurrido un tiempo reduce su efecto, y por consiguiente, requerimos acrecentar la dosis, generando una abstinencia concreta en el momento en que se pausa el consumo. De ahí que, si bien en varias relaciones se puede observar cierto paralelismo con esta definición, el psiquiatra elige charlar de “pretensiones de dependencia infantiles no resueltas”, que acarrean “la idealización o mitificación de la persona querida o deseada, los enfrentamientos masoquistas no resueltos, o sea, sentirse merecedor de un castigo estableciendo un vínculo de dependencia con el verdugo, y la obsesión por la otra persona”, de ahí que, desde su criterio “tenemos la posibilidad de engancharnos” a una relación con un individuo real, pero asimismo con un individuo imaginada o personaje que represente un enfrentamiento de adentro”.
¿De qué manera lidiar con una pareja adepta que se está recobrando?
Se debe tener clarísimo que jamás vamos a poder supervisar la adicción de nuestra pareja adepta. Hasta el momento en que esa persona no esté lista para asistirse a sí no vamos a poder realizar nada.
Debes estudiar a centrarte en tu vida y en tus pretensiones, que tu vida no gire cerca de la adicción de tu pareja. Es conveniente llevar un períodico donde redactar los pensamientos y sentimientos relacionados con la adicción de la pareja como una manera de desquitarse.
¿Qué sitio ocupa la pareja del dependiente?
La pareja de un dependiente normalmente considera que puede mudar, pero la verdad es que ningún dependiente cambia por otra persona; si van a dejar de consumir o dejar de llevar a cabo algo, lo hacen por sí solos, pues ellos están decididos a llevarlo a cabo.
Toma conciencia de tus pensamientos viciosos
«Lo necesito. No puedo vivir sin ella. No sé qué haría si no estuviese conmigo. Lo único que me importa es que me prosiga deseando; sé que me duele, pero no puedo distanciarme».
Prácticamente sin percatarnos, la cabeza trabaja en nuestra contra y nutre esquemas de pensamiento que dinamitan la autovaloración y la dignidad. Debemos ser siendo conscientes de esas ideas que fortalecen la adicción relacional.
¿Cuál es el primer tipo?
Se dieron cuenta que la gente que se sienten desesperadamente solas en el momento en que no están en una relación, y también procuran sustituir a una ex- pareja en el instante, podrían tener lo que el aparato ha llamado una manera «angosta» de adicción al amor.
Estas personas luchan por ignorar lo que la pasan bien y sus deseos por estar cerca de su pareja. Por consiguiente, desean estar en todo momento con ellos y acostumbran a desarrollar pensamientos y hábitos obsesivos. En ciertos casos, esto llevó al acecho o al asesinato, comunica New Scientist.