Desde la primera consumición, hasta llegar a desarrollar problemas arduos de adicción o aun neurológicos se han estimado 4 fases: prealcohólica, alcoholismo temprano, etapa vital y una última etapa crónica.
1.Etapa pre-alcohólica: Se usa el alcohol para calmar los estados sentimentales displacenteros. La cantidad que se consume incrementa tenuemente. El organismo se habitúa a ello y se lleva a cabo tolerancia. No hay inconvenientes de desempeño, de momento. 2. Etapa prodrómica: Hace aparición de manera progresiva y lenta. Incrementa la necesidad de consumo y se altera la conducta de consumo: Mayor graduación, meditar en tomar, tomar de un trago o mucho más veloz, tomar a ocultas, etcétera… 3. Etapa crítica: Inútil de interrumpir el consumo una vez iniciado, pérdida de control, cambios de humor. El desempeño psicológico, familiar, laboral se ve perjudicado. Hace aparición el autoengaño. La persona centra su historia en el alcohol desatendiendo otras áreas. Se muestran los primeros síntomas físicos del consumo. 4. Etapa crónica: Hace aparición el síndrome de abstinencia que le hace mantenerse ebrio prácticamente sin pausas. Deterioro severo de la vida de la persona, caída popular. Muestra síntomas orgánicos. Puede llegar a consumir sustitutos económicos del alcohol. En esta etapa probablemente halla (paradójicamente) una disminución de la tolerancia al alcohol.
El sistema de recompensa de la dopamina
Ciertas primordiales drogas que ocasionan adicción son los calmantes opioides (narcóticos), la mariguana y la cocaína. En el momento en que alguien consume drogas de manera frecuente, su cerebro deja de efectuar funcionalidades normales y empieza a dejar en libertad mucho más dopamina de lo común, cambiando la química del cerebro, bloqueando al final la reabsorción de la dopamina. Esto puede ocasionar una sensación de euforia y felicidad en el transcurso de un largo periodo, con lo que se transformará en “la novedosa normalidad” de nuestro entendimiento, y nos solicitará cada vez más de esa sensación agradable.
Estas substancias, además de esto, generan tolerancia. La tolerancia a alguna substancia se genera en el momento en que, como producto de su administración continuada, el sujeto muestra menos sensibilidad. De esta forma, la dosis frecuente de la substancia genera menos efectos, con lo que se precisan dosis mucho más altas para generar exactamente los mismos efectos. De esta manera, vas a quedar enganchado a dosis cada vez mayores y también insostenibles para hallar esos efectos que en este momento tu cerebro ansía. No lograras meditar en otra cosa, ni gozar de otras ocupaciones. Se ha perturbado el habitual desempeño de tu cerebro y, en este momento, todo lo demás te semeja poco entretenido y monótono.
Si sospecha que tiene un inconveniente con el alcohol, ¡llámenos! Tenemos la posibilidad de asistirle.
Información tomada de: https://psicologiaymente.com/drogas/senales-adiccion-alcohol
«No es necesario tocar fondo»
tixagb_3) «En nueve de cada diez intervenciones transformamos el no en un sí al régimen. Por el momento no es necesario que la persona toque fondo. Nuestra independencia nos permite para seleccionar el más destacable régimen, sea ambulatorio o residencial».