La última vez que la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la Clasificación En todo el mundo de Anomalías de la salud (CIE en castellano, ICD en inglés) fue en 1992, en el momento en que se publicó la CIE-diez. Allí se incluyó la clasificación de “juego patológico” según los próximos criterios diagnósticos:
- Tres o mucho más periodos de juego en el transcurso de un periodo de por lo menos 1 año.
- Continuación de estos capítulos pese al malestar sensible y la interferencia con el desempeño personal en la vida día tras día.
- Incapacidad para supervisar las emergencias para jugar, conjuntado con una incapacidad de parar.
- Preocupación por el juego o las situaciones que le cubren.
Test de ludopatía NODS-CLiP
Esta herramienta de evaluación de tres elementos es un subconjunto de la Evaluación de inconvenientes de juego (NODS) del Centro de Investigación de Opinión Nacional DSM-IV de 17 elementos. CLIP tiene relación a las tres cuestiones de la herramienta, que se centran en la pérdida de control, la patraña y la preocupación por el juego. El test NODS-CLiP es eficiente para detectar a personas con inconvenientes de juego de moderados a graves, pero no tanto para las situaciones mucho más leves.
El test PGSI o “Índice de Dureza de Inconvenientes con el Juego” es un test de ludopatía que supone la detección de nueve elementos y puede ser autoadministrado o administrado por un médico.
Es una versión corto del Índice Canadiense de Juego Problemático de 31 elementos. PGSI en castellano usa una escala de 4 puntos para detallar el accionar de juego en los 12 meses precedentes. O sea, 0 = no, 1 = en ocasiones, 2 = la mayoria de las veces, y 3 = la mayoria de las veces).
Este boceto asegura que la sintomatología debe darse cuando menos a lo largo de 12 meses a fin de que se asigne el diagnóstico, si bien si se cumplen todos y cada uno de los requisitos y los síntomas son graves, se puede acortar la duración requerida.
Si bien está claro que, a veces, se dan hábitos conflictivos en torno al juego, ciertas voces vacilan de que tengamos la posibilidad charlar de un nuevo trastorno. Según sostienen ciertos especialistas, la base científica donde se fundamenta esta categoría diagnóstica es de mala calidad; no existe consenso en lo que se refiere a la sintomatología y la definición se fundamenta bastante en la utilización de substancias y los criterios del juego.
En un producto sobre este tema, firmado por expertos de todo el planeta, Scholars’ open enfrentamiento papel donde la World Health Organization, ICD-11 Gaming Disorder proponel, se estima que es prematuro charlar de un diagnóstico formal, y que su empleo tiene la posibilidad de tener ciertas secuelas dañinas a nivel médico, científico, popular, de salud pública y de los derechos humanos. Por poner un ejemplo, aseguran que se tienen la posibilidad de ofrecer varios falsos positivos, o que puede perjudicar a la objetividad de las futuras indagaciones, ocasionando un carácter confirmatorio.