La ludopatía o adicción al juego se convirtió en los últimos tiempos en un problema médico pública que, además de esto, está incidiendo en especial sobre los jóvenes y jovenes.
UNAD, en colaboración del Instituto de Sociólogos, ha elaborado su informe de forma anual sobre la gente atendidas en 2018, para entender cuáles son las tendencias de las adicciones. Se habla del mayor estudio efectuado en este ambiente a nivel europeo en tanto que participaron 48.025 personas y un total de 131 entidades de la red.
La ludopatía, un trastorno equiparado a las adicciones a substancias
La ludopatía es un trastorno equiparado a las adicciones a substancias en todos y cada uno de los sentidos, conque fue clasificado en el DMS-5 en el blog de Trastornos relacionados con substancias y trastornos viciosos.
Jugando intervienen el sistema de recompensa, que libera dopamina, un neurotransmisor asociado a mecanismos de recompensa ahora los hábitos viciosos.
¿Qué comprendemos por Ludopatía?
La Ludopatía es un trastorno de adicción sin substancia (previamente clasificado como un trastorno del control de los impulsos) por el que la persona se ve obligada o siente una necesidad irrefrenable de jugar (juegos de azar) sin poseerlo enseña las secuelas negativas que este accionar logre tener en su historia y la de su ambiente. Es conocida como una adicción ya que transcurrido un tiempo y la focalización de siempre del sujeto en el juego tienen la posibilidad de manifestarse cambiantes como la tolerancia y la abstinencia; esto es, requerir jugar mucho más con el pasar de los años para eludir la angustia que se siente y sentir un enorme malestar psicofisiológico en el momento en que es imposible jugar (lo que conocemos como “pasar el mono” en otras adicciones).
Su origen semeja tener un fuerte ingrediente fisiológico (mecanismos moleculares relacionados con la Serotonina, la Dopamina o la Noradrenalina) pero los especialistas ponderan aún mucho más las explicaciones sicológicas y sociológicas para explicarla (qué función está cumpliendo esta adicción a la vida de esa persona (¿qué reemplaza? ¿qué calma?).
La ludopatía no es un vicio, no es un defecto, no es propio de personas enclenques, negativas, “sin personalidad”, ni tampoco de personas con bastante momento de libertad.
De manera frecuente un familiar o la gente mucho más próximas van advirtiendo los cambios en el estado anímico del ludópata (irritabilidad, mal humor, poca tolerancia, preocupación intensa, ansiedad, insomnio, etcétera.). Pero esa detección no en todos los casos es instantánea; esencialmente pues los ludópatas no asisten todos los días ahora toda salón de juego que halla a su paso, sino en la mayoría de los casos, fijan su atención en una o 2 y puede ir con una continuidad regular, pero espaciada.
En la situacion de los players en línea, asimismo es difícil por el hecho de que prácticamente todos tienen un móvil inteligente con conexión a internet y con los múltiples usos que se puede ofrecer con la tecnología, es realmente difícil distinguir exactamente en qué actividad concentran su atención y su interacción.
La restauración
Es común que los que padecen algún trastorno relacionado con los juegos de azar tienden a buscar la venganza en el momento en que pierden dinero, desearán recobrarlos sea como sea y eso les va a llevar a reiterar indefinidamente la conducta adictiva.
Por norma general, los ludópatas procurarán todas y cada una de las formas probables de ocultar algunas proporciones de dinero de su ambiente mucho más próximo a fin de que no sepan que desean gastárselo en juegos de azar o apuestas. Si ven que alguna persona de su círculo lo realiza, tienen la posibilidad de estar enfrente de un dependiente y es indispensable asistir a un experto.